4.12.05

Fin de semana


Otra vez no tengo ni p*t* idea de qué escribir, y tengo muchas ganas, de verdad, así que les voy a contar cómo fue mi fin de semana de larva, otro más.


El viernes me quedé con sed de magia cuando terminé de ver La comunidad del anillo, y me autoprometí a mi misma (redundo para que quede clarísimo) regalarme un fin de semana de la historia completa, versiones extendidas.

El sábado tenía una comunión, se vinieron mis viejos a buscarme, y llegó mi hermano, y tuvimos un pequeño altercado. La convivencia es difícil, mucho más cuando las personas que la practican se aguantan porque son de la familia, y tienen más rollos que ciento cincuenta ventanas con persianas. A veces me pongo a pensar si la gente es tan sorete como yo creo, o si mi estado de ánimo me predispone a exagerar la pequeña soretez que todos llevamos dentro y vivo en la ilusión (ilusión como alteración de la realidad) de que estoy rodeada de monstruos materiales, insensibles y egoístas.

Después de varias insistencias progenitoras y un intento fallido de arruinar un maquillaje casual arruinado por las emociones que no deberían salir por los ojos, me puse los lentes de sol para cubrir mi persona y fui a la comunión.

Los chicos, de verdad que le ponen pilas a todo. Como no conocía a nadie, no por no haberlos visto nunca, sino porque me cuesta horrores registrar a la gente, me limité a saludar, sonreír y hacer de vez en cuando algún mínimo chiste carente de contenido. Pero no estaban los ánimos para eso, y los ánimos familiares pasaban de "hace mucho que no te vemos" (ni un "qué linda que estás", puta madre) a un "tenemos que conseguirte un novio, cuál te gusta", como si estuviera en un supermercado lista para agarrar a algún caballero, meterlo en el changuito y enfilar para la caja.

Como no me decidía y mi "si es mayor de 25 no me interesa" no sirvió de nada, ellas decidieron que el indicado era el de barba, quizá porque era el que les gustaba a ellas y como no podían echar mano en el asunto querían que alguien más lo hiciera en su lugar.

Mamá escuchó el comentario y se convirtió en Sylvia Fine, y dijo que le gustaba, que lo afeitaría y le cortáría el pelo, que ya había estado hablando en la cocina, diciéndole que servir café con un termo de bomba era como ordeñar un termo, y yo ahí en el medio, con más ganas de tomarme un remis a Ezeiza que de andar de levante en una comunión.
Empecé a pensar en por qué no estaba en una comunión en algún país con atentados terroristas como asaltos hay acá, nada más que para que cuando entren los encapuchados con armas largas salir al grito de "llévenme a mi!".

Pero sobreviví, no se me cayó la careta aunque brindé con champagne. Les hice chistes a los chicos, siempre se maravillan con mis ocurrencias, y esta vez le tocó el turno al método para hacer un "pequeño globo babeado" con los restos de los globos reventados a propósito.

Después, me despedí de mis progenitores, que se retiraban a su hogar, y me quedé con mi prima, compañera de salidas, llantos por proyectos fallidos, depresiones y alegrías. Una auténtica amiga, y encima de la familia. Fuimos a lo de los viejos de ella, mis tíos, disfruté un rato de felinidad con Ulises y un cachito de lana, y pude observar como eso de que la distancia mejora las cosas es cierto y pasa en todos lados. Caida la noche nos fuimos para el departamento donde vive desde hace poquito, y me convidó con su alegría de haber dado el tan necesario paso. Me contó historias de su trabajo, de gente, y yo le cebaba mate mientras le tejía una agarradera y me limitaba a decir "cuando vi por primera vez ese video empecé a mirar a los pelados de una forma diferente".

Pobre, se bancó mi ausencia total de onda, ni de la buena tenía, y encima me prestó un cacho de cama, colchón de resortes para hacer las delicias de mi espalda, que me hizo mal y sin embargo la quiero.

A la mañana, madrugar, ella tenía cosas que hacer y yo me iba cuando ella se iba. Y a hacer tiempo, para volver a casa a la hora que dije y no ver nada que no quiero ver.

Me compré una de las dos revistas femeninas que compro todos los meses, de esas que están llenas de gente linda como no soy ni nunca voy a ser pero no me importa porque soy linda a mi modo y si a alguien o le gusta que mire para otro lado, llena de perfumes que compraré con cuentagotas y cuotas con tarjeta, cosméticos que hacen magia y arruinan economías, y ropa linda que estoy decidida a imitar con hilados y crochet.

El colectivo tardó la eternidad habitual en aparecer y la eternidad habitual en llegar a la parada donde me bajo, pero me quedaba una hora y media todavía para dar vueltas. Venía derechito a sentarme en la puerta de mi casa, leer la revista ahí, cuando me decidí a regalarme un momento para mi, y me fui a desayunar. Café con tostadas y revista. Y me acordé de mis idas al cine sola, y cuánto las disfrutaba, y me regalé no una hora y media, sino dos, desayunando conmigo, ahí al costado de la vidriera del café, para que la gente me vea disfrutar de mi revista.

Volví, chateé, compartí la emoción del deber cumplido y del éxito alcanzado gracias a la generosidad de los demás, generosidad contagiosa, y de planear un encuentro de fin de año.

Y después me tiré en sillón, me tapé con una manta y dormí la siesta más larga de mi vida, todo el santo día mezclando diálogos de películas con sueños, un poco más de magia para el fin de semana, y todo lo que tenía que hacer no lo hice, otro fin de semana al pedo, otro fin de semana de larva.

Me tomo un té dormitivo, y me voy a dormir temprano, tengo ganas de pasear con capa, capucha y bastón por un bosque brumoso, hacerme amiga del Señor de algún río, por qué no de dragón, y prestar algo de mi magia y mi espada a la causa justiciera de algún caballero de noble linaje e igualmente nobles intenciones.

Abrazo de oso polar de Coca Cola.

Fin del post.

10 comentarios:

ajsoifer dijo...

En plan introspectivo, quisiera aclarar que poseo una sensibilidad muy aguda. Pequeñas cosas, pequeñas sensaciones, alegrías o desgracias cotidianas para la gente, son para mí, cuestiones tan vitales como el aire que respiro. Entonces siempre percibo en forma exacerbada todo. Lo bueno y lo malo. Entiendo tu sentir extraño de "¿Serán acaso todas las personas una mierda?"
El romanticismo, el salir a caminar por los bosques, deambular a la búsqueda de algo que nos despierte el sentido oculto, el lago, el agua que fluye... todo eso es algo que entiendo y comparto.
Lo que me hace vivir me hace vivir con muchas ganas y lo que me deprime me pone al borde del precipicio. Y es siempre volver a comenzar.
Amiga (creo que habiendo aceptado tus invitaciones a tomarme unos mates virtuales con vos en tu espacio, me hace acreedor de ese vocativo no?)los fines de semana de reencuentro también valen, y la magia, aunque más no sea en esas tostadas, esa frazada que te tapó, esa larga siesta, la escritura que no se detiene y las aventuras de la Comunidad del Anillo, todo eso también vale.
Saludos y hasta pronto.

Salitou dijo...

Sabés qué? tuve un día de m**rd* en el trabajo, pero justo antes de salir me puse a chusmear los mails y leí este comentario. Y por tu culpa salí del edificio con una sonrisa de esas que amenazan con rajar la cara hasta las orejas. Por qué? no se, será por lo de amiga? Es una palabra muy linda y hay que usarla con cuidado, para mi es lo más importante, lejos.
Podés decirme amiga, te puedo decir amigo? Si en vez de mate preferís café, capuccino, un té, una sopa que te convierte en rinoceronte, avisá, que tengo de todo en la alacena de mi blog :)

ajsoifer dijo...

Esto es algo raro. Recién me decidí a darme una vuelta por este espacio (a ver si alguien me convidaba con algo rico) y encuentro estas palabras que me dedicás y que me hacen sonrojar.
Tuve un día pésimo y leer algo tan lindo también imprime en mí una mínima sonrisa en un día tan negro.
Te agradezco los ofrecimientos y me haré cargo de los mismos con asiduas visitas, amiga (de más está decir que me podés decir "amigo")
Espero que sea hasta pronto.

Damian Sierra dijo...

Me gustaria meterme en la conversacion a nivel cotidianes pero se que los animos de Salito y mios a nivel laboral son pesimos...donde saltariamos ambos a un precipicio...donde ella me empujaria jajaja (lo peor es que me lo imagino).
Por ende me voy a referir al nivel de las revistas que compras y que me hacen mal...quiero una de esas señoritas =(.

Salitou dijo...

rufián melancólico: estimado amigo, de más está decir que es un auténtico placer contar con vuestra presencia (y vuestros comentarios) en este humilde espacio ;)
damian: de verdad me imaginás a mi empujándote en un precipicio? Te dije que amenazo muy bien, pero que soy incapaz de aplastar una cucaracha? De última, jamás te empujaría en un precipicio sin atarte una soga primero ;). Sorry por el miércoles, era precisamente un día de miércoles, me perdonás? Si consigo alguna de las niñas de mis revistas te aviso, a vos primero que a todos :)

MALiZiA dijo...

Las decisión de estar bien o mal, a veces pasa por nosotros mismos, !!es que somos tremendos con nosotros mismos...¡¡
Mnnn me gustó ese de regalarte tiempo para vos, muchas veces voy a desayunar sola, (qué novedad)a una barcito que tienen toooooodaaaaaaaaasss las revistas que te puedas imaginar, y estoy allí mucho tiempo, cuando salgo me siento bien, y ni tengo la cantidad de chismes faranduleros que llevo conmigo!

Julie dijo...

Hola! Vos si que no te privas de nada ehh jajaja!

Que loco, arrancaste diciendo que no sabías sobre qué escribir y las palabras parecían brotar. Te imaginé escribiendo... casi frenetica, para no perder el hilo.

Coincido con Rufián en la magia de esas cosas que parecen pequeñas, pero que de pequeñas tienen muy poco: la charla con la prima, los mates, la frazada, la peli, los chistes y las caras de los chicos...

Pd: Amo a Silvia Fine.. aunque tb detesto la versión que intenta hacer mi mamá
Besos

Julie dijo...

PD2: Ojalá que mañana sea un hermoso día!

Salitou dijo...

Mali: me pasás la dirección de ese lugar lleno de revistas para desayunar? Quizá me haga falta en mi próximo "exilio de departamento" (estos hermanos...).
Julie, imaginate la siguiente escena: el morocho de barba y ojos claros que mira de reojo mientras un montón de señoras casadas lo miran de reojo y hacen comentarios, yo quiero hacer un pozo en las baldosas con las uñas y enterrarme y mi mamá repite "mi hijito el de barba, le cortaría el pelo y lo afeitaría".
Gracias por tus buenos deseos, creeme que despues de leerlos a ustedes, mis días ya están lejos de ser de miércoles :)

Rain dijo...

seeee hay que regalarse tiempo para uno. Creo que vale la pena! Ademas, ¿Por que llamar a un fin de semana de vacaciones Fin de semana de M***a? No, cosidero que hay fines de semana o momentos que hay que parar, ya sea para desayunar o entregarse a sueños de capas y espadas! eso hace que el Lunes no sea tan pesado.
Adios!